Compañeras y Compañeros Diputados del Honorable Congreso del Estado:
La protección y aprecio de los derechos de la infancia y la adolescencia es un oficio sagrado… Es el oficio de una sociedad civilizada… Es la prioridad de una comunidad que se valora y se aprecia a sí misma… Es el fundamento ético de una sociedad que se reconoce en lo más valioso que posee: la niñez y la adolescencia… Es el cimiento amoroso de una familia que hace propio su presente y dibuja el horizonte de un buen destino.
Mucho honra a este Congreso la distinguida presencia de la Señora Bertita Gómez de Duarte…Reciba mi reconocimiento por su amorosa pasión por quienes más sufren las inclemencias de la desigualdad, la violencia y la desesperanza… En el DIF estatal se despliega el enorme potencial de una comunidad que se quiere sana, libre y feliz.
La Iniciativa cuyo Dictamen hoy se presenta al Pleno del Congreso es resultado de la presentada por el Señor Gobernador César Duarte con la intervención relevante del DIF estatal… Asumiendo de este modo la responsabilidad de adecuar nuestra legislación a la modernidad jurídica del país… Por nuestra parte, cumplimos la responsabilidad de analizarla y deliberar democráticamente sobre su contenido.
En un ejercicio de democracia, llevamos a cabo la tarea de preguntarle a la ciudadanía sus propuestas y opiniones… Todas las propuestas se han analizado… El espíritu de inclusión es la prenda con la que escuchamos con el máximo respeto a las asociaciones civiles, académicas, empresariales, religiosas y a todas y todos los individuos que a título personal nos entregaron su compromiso escrito y verbal.
Quiero dar testimonio fiel de que este Dictamen ha sido enriquecido con la experiencia de más de 50 Organizaciones de la Sociedad Civil. Agradecemos su participación y aportaciones. Seguimos trabajando juntos.
Es cierto, la violencia, la incomprensión y el abandono de niñas, niños y adolescentes es el mal radical de nuestro tiempo.
Es cierto, la delincuencia y la infernal industria del tráfico de seres humanos se ensaña especialmente con los menores de edad…
Es cierto, la barbarie de una industria irresponsable ha convertido a la niñez y a la adolescencia en mercancías que se venden y se compran sin una chispa de misericordia.
Es cierto, una sociedad que maltrata a sus niñas, niños y adolescentes se destruye a sí misma… Se deshumaniza... Se niega el derecho al futuro, a la trascendencia, a la dignidad.
Es cierto, la decadencia de las costumbres destroza en primer lugar el alma infantil…
Es cierto, la desigualdad de oportunidades de salud, educación, recreación y trato amoroso trastoca particularmente a los seres más inocentes de la sociedad.
A veces parece que no nos damos cuenta de que una infancia infeliz es el peor de los escenarios posibles.
Con estos fundamentos morales y democráticos, fue elaborado el Dictamen que hoy presentamos a la consideración de este Honorable Congreso.
Subrayo el interés y el invaluable apoyo del Consejo de Desarrollo Social y Participación Ciudadana coordinado por la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del Estado… En el maestro José Luis García Rodríguez encontramos el cumplimiento de uno de sus compromisos fundamentales con la salud física, psicológica y moral de la infancia y la adolescencia.
Con este Dictamen, la Comisión de Desarrollo Social del Congreso del Estado exclama un principio fundamental de una sociedad abierta y democrática…¡Vamos a tomarnos los derechos humanos en serio!
Porque una buena democracia no permite el hambre, pero menos permite que la dignidad humana sea hundida en el fango del maltrato, la enfermedad y la ignorancia.
“Edúcalos ó padécelos”, se decía en la Antigüedad… Yo afirmo de modo contundente que la infancia y la adolescencia son un reflejo de lo que somos como comunidad… La honra o la deshonra nos cubre a todas y todos…
A las instituciones públicas… A las familias… A las escuelas… A las comunidades… A la sociedad en su conjunto.
En una democracia todos somos responsables de todos y todas, y todos formamos parte del cuadro que dibujamos… Es hora de ver y de vernos… Es hora de revertir la decadencia y trascender el malestar de nuestra cultura.
Amor y justicia… En estos conceptos se congregan siglos de una civilización de la que somos parte… En el amor y la justicia nos reconocemos como esencialmente iguales… En el amor y la justicia establecemos prioridades y situamos en la jerarquía de valores el cuidado, el respeto y la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
El dictamen de la Ley de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes es el esfuerzo conjunto de la sociedad civil y de las instituciones públicas.
No todo es rentabilidad o ganancia… No atrofiemos los medios en aras de los fines… No tenemos derecho a pensar solamente en el crecimiento económico… Tenemos el deber histórico y ético de pensar en una calidad de vida que crezca en lo material pero también en lo moral… Tenemos el compromiso legislativo de crear normas que configuren una sociedad de derechos y una cultura de paz, seguridad y concordia.
En mucho aprecio el entusiasmo y trabajo de mis compañeras y compañeros diputados de la Comisión de Desarrollo Social… Reconozco y agradezco a todas y todos los integrantes de esta Representación Popular su trabajo para lograr consensos socialmente útiles y éticamente responsables.
La democracia es deliberación o no es democracia… Este Congreso habrá de analizar y enriquecer el Dictamen con la pluralidad de sus debates y propuestas. Lo anterior, sin perjuicio de seguir escuchando a las organizaciones civiles y públicas, de los municipios y de todos aquellos interesados en que la niñez y la adolescencia constituyan el fundamento jurídico y moral de una comunidad chihuahuense más pacífica, más libre, más justa y más próspera”.
Otra vez, como tantas veces en la historia de Chihuahua, estamos decididos a ser pioneros en la defensa y perfeccionamiento del Estado de Derecho y de la dignidad familiar, individual y comunitaria de nuestra vida pública, social y privada.
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