Hoy los chihuahuenses nos debemos sentir orgullosos de seguir siendo líderes:
El Centro de Justicia del Poder Judicial del Estado, marca un parteaguas en la historia de Chihuahua.
Hacer justicia es la aspiración humana más deseada. Por el contrario, la injusticia es el agravio más profundo y duradero que lastima el alma de los seres humanos y sus familias, a veces para toda la vida.
Con este pensamiento, me es muy grato ser una testigo de la nueva época de la justicia en Chihuahua. La puesta en marcha del sistema de justicia penal acusatorio y y la reforma procesal en materia civil, familiar y laboral harán realidad que la justicia sea pronta, completa e imparcial.
La infraestructura del Centro de Justicia del estado es el espacio de todas y todos. Que a nadie se niegue el acceso a la justicia y que nadie se sienta excluido de ser escuchado y atendido como merece.
Impartir justicia es uno de los derechos fundamentales de las personas porque es la base de la dignidad humana. Sobre este principio básico, los derechos humanos ya tienen cauces, reglas y juzgadores con un elevado sentido de su responsabilidad y con el profesionalismo indispensable para la imparcialidad y el debido proceso.
El clamor de la justicia es el el llamado a la civilidad, la paz, el orden y la convivencia.
Los tres poderes del estado, en el ámbito de nuestras respectivas competencias, hemos hecho posible que el Centro de Justicia sea una realidad en Chihuahua y un ejemplo nacional.
Ante todo, es la respuesta al clamor más hondo y sensible de los chihuahuenses: que se haga justicia.
El camino es largo, pero hemos dado un gran paso.
Dip. Laura Domínguez Esquivel