Señor Gobernador, Licenciado César Duarte,
Señor Presidente Municipal, Licenciado Enrique Serrano
Mi querido amigo Juan Gabriel,
Maestro Arturo Damasco,
Amigas y amigos:
Si un célebre tango canta la nostalgia de que veinte años no es nada, Cuarenta es el júbilo de una vida multicolor de armonía, ritmo, voz y melodía.
Es la vida de Juan Gabriel… Es la senda de alguien que le ha cantado al gusto y al disgusto, al amor y al desamor, a la alegría y la tristeza, a la vida y a la muerte…
Juan Gabriel canta y millones cantamos con él… El timbre de su voz es el timbre que toca el tejido de la condición humana, una melodía que entrelaza aun las profundidades de sentimientos contradictorios y llama a la alegría rindiendo tributo al amor en todas y cada una de sus tonalidades.
El maestro Arturo Damasco, en la más legendaria tradición mexicana del muralismo, lo ha dibujado en una expresión que refleja el alma del creyente que ruega a Dios que no le falte el sueño nuestro de cada día.
El ser humano también es un ser simbólico… Razón y sentimiento enlazan sus recuerdos en símbolos… y los símbolos impregnan las almas desteñidas por la carga de la vida…
Pero Juan Gabriel llegó para colorear la esperanza… lo hizo con una voz nueva… con una letra que surca el sueño colectivo… con una melodía que reúne en un mismo espacio a ricos y pobres, a mujeres y hombres, a humildes y poderosos, a letrados e iletrados.
Por decirlo así, Juan Gabriel nos ha democratizado… Su genio descubrió lo que es común a la condición humana de nuestro tiempo…
Aquí radica la grandeza de Juan Gabriel… El universo de su música nos cubre y nos recubre a todas y todos… Sus letras trascienden las desigualdades artificiales y nos acercan en una sola voz, un sentimiento compartido, una dicha y una desdicha envueltas en matices inesperados, en altos y bajos que maravillan el arte de cantarse y contarse con los demás.
El mural del maestro Arturo Damasco es una muestra del México profundo… No es el México del que hablan los libros… Es el México que anida en los corazones de un pueblo que ríe y llora porque está vivo y ama profundamente la vida.
Dos artistas acuden a la cita con la memoria… Juan Gabriel y Arturo Damasco…
Ambos plasman en este mural al símbolo juarense por excelencia… Es el símbolo de quien sufrió la ciudad; le cantó y la moldeó para grabarla en nuestras almas cuando sólo tenía amor para dar…hasta darle brillo a la existencia propia y colectiva.
Hoy, hemos venido a pedirte que regreses por favor…
Juan Gabriel, tú estás siempre en la mente de los juarenses…. Siempre tú… Juárez es tu origen y tu destino… Juárez el Número uno es tu casa y, a tu casa, has invitado a millones de seres que aquí encuentran un trozo de esperanza: un hogar.
Tienes el amor eterno de nosotros: los juarenses.
Gracias por tanto y tanto amor.
Muchas gracias.